De algún modo estos tiempos tan inciertos que vivimos nos dan la oportunidad de reflexionar y llevarnos a buscar lo que hay de esencial en nuestras vidas. Los tiempos de confinamiento y cambios profundos a nivel social nos traen sensaciones como miedo, desconfianza, ansiedad, preocupación, y algunas veces hasta estados de pánico. Todo ello empuja a nuestro organismo a un estrés tal que de algún modo nos acaba afectando.
Y…¿cómo se podría hacer para GENERAR SALUD en vez de transitar todo el rato por el miedo y el estrés?
Cuando llega la angustia primero hay que parar y re-aprender a respirar y a ser consciente de ello…, estar presente y atento a uno mismo, reconociendo lo que ocurre…”estoy sintiendo ansiedad, pero no soy ansiedad…”…observando cómo esa sensación colorea la percepción de mi realidad…y tal vez observar que no es una sensación realmente tan sólida. Confiar que tenemos recursos para separarnos del miedo…buscar a dentro qué necesitas en aquel momento, comprender qué te está ocurriendo, y quizás más adelante, conocer cuál es su significado más profundo.
Encontrar momentos para estar presente puede abarcar desde deleitarse con un amanecer, hasta cantar en voz alta… bailar sola o en compañía. No olvidarse de expresar la ternura que nace, de amar, de lo necesario que es el contacto para la especie humana, de sentir y expandir alegría. Sentir cómo surge lo positivo de cada uno.
En verdad, los momentos difíciles son también una oportunidad. En la Homeopatía existen varios medicamentos que nos ayudan a transformar el miedo y la ansiedad en algo creativo:
Una mujer de 23 años, estudiante del último curso de ingeniería industrial, sufría de dolores abdominales cada mañana al levantarse desde hacía 3 semanas, como “punzadas y retortijones”, desde que le informaron oficialmente que la fecha del examen final de grado era a dos meses vista. Tenía diarrea y orinaba varias veces al día (más de lo normal en ella). Su apetito había disminuido. Notaba cansancio y debilidad por todo el cuerpo, incluso los párpados le caían.
Decía que sentía ansiedad de tener que rendir el examen, ya que desde siempre había padecido de lo que llaman “pánico escénico”, y no podía evitar “paralizarse”, temblorosa, por unos momentos justo al inicio de las intervenciones, hasta que el examinador empezaba a hablar… Se había aislado de su familia, queriendo estar sola y sin ver a sus amigos.
Gelsemium sempervivens la ayudó a disminuir su ansiedad, pudiendo rendir bien su examen, de una manera tranquila, y sintiéndose orgullosa de la experiencia y su resultado.