Acontece cuando el niño presenta mucosidad en la nariz y garganta dificultando la respiración. Esta mucosidad provoca que respire con la boca abierta y al secarse la garganta comienza a toser.
Generalmente, se origina por infección viral y se acompaña de fiebre, tos y-o estornudos.
Es muy frecuente durante la niñez y a veces varias veces en un mismo año.
Medidas: Hidratación frecuente con agua o zumos naturales. No obligar a comer. Hacer lavados nasales con soluciones salinas. Comer productos frescos, sobre todo frutas y verduras. Humedecer el ambiente y mantener una temperatura suave, ni muy caliente ni muy fría.
Cuándo hay que acudir a urgencias: Si empeora el estado general, el niño está decaído, somnoliento o muy irritable. Cuando aparezca dificultad para respirar, o lo hace muy deprisa, se le marcan las cotillas al hacerlo o mueve mucho el abdomen o se le hunde el pecho.
También si el niño tiene menos de tres meses de vida y el catarro se acompaña de fiebre persistente.